lunes, 4 de noviembre de 2013

Quererse a uno mismo no es darse besos en el espejo

"Sucedió en la época en la que viví en Barcelona. Intentaba hacerme un hueco como podía en el mundo del teatro y del cine, así que me ofrecía para trabajar gratis en cualquier proyecto. No recuerdo cómo acabé de asistente en el rodaje de aquel corto, ni cómo semejante engendro de guión consiguió convencer a un actor famosillo para participar en él.

Pero allí estaba. Se había hecho muy conocido en el último año a través de una serie de televisión, más por su aspecto que por sus cualidades interpretativas. De esos que salen en las revistas y tienen seguidoras quinceañeras empapelando carpetas con sus fotos.

Me tocó ser su asistente y estar durante cinco días pegada a las suelas de sus zapatos. Él no era de Barcelona, así que requirió de mi compañia incluso en las horas libres. Yo también estaba bastante sola en la ciudad.

La química entre los dos se podía percibir a varios metros de distancia, pero aunque no era muy asidua a la prensa rosa, sabía que estaba casado.

El último día de rodaje todo el equipo acabó de fiesta, nos pasamos horas bebiendo, bailando y comentando las anécdotas de esos días...Él no se despegó de mí un sólo momento, invadía mi espacio de forma sospechosa y casi no me dejaba hablar con nadie más... Al final de la fiesta se ofreció a acompañarme a casa y a invitarme a un kebab por el camino.

Estaba a punto de amanecer y yo me temía lo peor... no quería que sucediera, nunca había sido lo suficientemente fuerte como para resistirme al deseo... siempre me acababa enredando en historias que no me convenían nada... dichosa oxitocina desbocada a causa del alcohol....

Estábamos sentados en el escalón de un portal, terminándonos el kebab y sin venir a cuento,  me besó...

-¿Y tu mujer?
-Vaya, lo sabes...
-Bueno, toda España lo sabe...
-Ya... sí, es verdad... bueno... ella y yo hace tiempo que no nos entendemos... Nos casamos muy jóvenes y ahora nuestras vidas han cambiado mucho. Casi ni nos vemos... es raro que coincidamos en la misma ciudad.
-¿Y por qué seguis juntos?...
-Es complicado... aún no hemos hablado de ello... pero es obvio que ya no hay nada... cuando nos vemos sólo discutimos y no se puede hablar con ella... y estos días contigo han sido como un soplo de aire fresco, me he sentido escuchado, comprendido, acompañado... Me pareces una persona increíble...
-Ya....
-Mira, no quiero que pienses que sólo quiero acostarme contigo... me interesas de verdad...
-Bien, entonces ve con tu esposa, soluciona tu historia, recomponte un par de meses del divorcio y luego me llamas...
-No lo entiendes... no es tan fácil.
-¿Entonces qué propones?
-Mira, tú y yo nos gustamos, ¿no?, ¿por qué pensar en el futuro?, estamos bien ahora, ¿no?, vivamos el momento... yo puedo venir a Barcelona dos o tres veces al mes... sé que te gusto, no podemos pasar por alto esta situación....
-Oye, yo te lo agradezco mucho... me siento muy halagada, de verdad.... me pareces un tipo muy atractivo y muy interesante, me lo pareciste desde el primer momento en que te ví y es verdad que me gustas un montón... pero no puedo hacerlo.
-¿Es por ella?...pero ella ya no siente nada por mi, no me quiere...
-No es por ella, es por mí...

Porque me quiero y respeto a mí misma y eso implica no ponerme en una situación complicada... Merezco ser amada por una persona dispuesta a entregar el cien por cien, al igual que yo haría... Merezco ser la primera opción de alguien... Merezco que me amen por mí misma, no para servir de excusa o de escape de una relación que no has sabido manejar... Merezo un hombre sincero y alguien que engaña a su compañera no lo es....  tarde o temprano acabarías engañándome a mí... Merezco un hombre valiente y creo que es cobarde quien no sabe terminar dignamente una relación... Merezco una persona madura que sepa gestionar sus emociones y no echarle la culpa a los demás.... y tú desde luego, estás muy bueno, las cosas como son, pero no eres ninguna de esas cosas...

-Es por mí, de verdad... no es nada personal contigo... eres un tipo estupendo y te deseo toda la suerte del mundo... gracias por estos días que hemos compartido.... y gracias por el kebab.

Le agarré del brazo, le dí un beso en la mejilla y me fuí... el corazón me latía a dos mil por hora, pero finalmente lo había conseguido, estaba cambiando mi patrón, mi destino entero en ese mismo momento... no le dije toda esa retahíla, ¡ya me hubiese gustado!, pero no estaba tan lúcida en ese momento, eso sólo pasa en las películas... en el cine tienes un guión escrito y los actores parece que siempre encuentran la palabra oportuna... pero no, no llegué a decir todo eso... aunque lo importante es que esas frases, de alguna manera estaban dentro de mí... Y eso sí era una novedad...

La mañana había llegado casi por completo y la ciudad se levantaba con sus bullicios cotidianos.

Caminaba orgullosa de haber ganado la batalla a la oxitocina como el guerrero que ha vencido esta vez, pero arrastra tras de sí unas cuantas derrotas... recordé que no siempre fuí fuerte y acepté hombres que engañaban a sus compañeras conmigo, en esa época de baja autoestima una tiene la falsa sensación de que el hombre te elige a tí porque eres mejor, más guapa o más lista que la otra... y estúpidamente te sientes bien... y te justificas a tí  misma aunque en el fondo sabes que estás metiendo la pata hasta el fondo... pensé en esas mujeres... pensé también en las veces en que fuí yo la novia engañada, algunas de esas heridas habían tardado años en cicatrizar... no he sabido quererme... he dejado muchas veces mi corazón y mi vida en manos de otros.... Decidí que jamás me pondría a mí ni a otras personas en una situación parecida...Y deseé profundamente que, de algún modo, se redimiera todo el sufrimiento causado por mi ignorancia...No puedo cambiar el pasado... pero ya he cambiado mi presente...

Vale, vuelvo sola a casa... estoy aprendiendo....

Quererse a uno mismo es complicado... no consiste en darse besos en el espejo..."

Extracto de la novela basada en una historia de ficción real






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