domingo, 22 de noviembre de 2015

!!Voy a pasar el resto de mi vida conmigo!!

Era 14 de febrero, pero aún no me había dado cuenta.

El cliente de la sesión de Reiki de las 16:00 no apareció y ni siquiera se tomó la molestia de avisar. Normalmente me fastidia cuando otras personas no tienen en cuenta mi tiempo, sin embargo estaba tranquila, incluso agradecida por el regalo de un poco de tiempo libre... ¡Qué bien! ¡voy a dar un paseo!.


Hacía una tarde cálida y luminosa, un guiño de primavera en mitad de un frío invierno.


Pasé delante de una de mis cafeterías favoritas y decidí sentarme en la única mesa de la terraza donde descansaba un rayo de sol.


Aunque me encanta el café americano y las tartas de chocolate no suelo consumirlos con frecuencia... pero sentí que era una ocasión especial, una celebración... ¿por qué no?


Me centré en la sensación del sol sobre mi cara, en el olor del café que me fascina, en la textura esponjosa del bizcocho impregnado de naranja y chocolate, la majestuosidad del álamo frente a mí, las carcajadas de la niña que jugaba en la mesa de al lado, el aire templado llenando suavemente mis pulmones...


Una ligera explosión  de gozo comenzó a surgir  en mi pecho expandiéndose en todas direcciones, haciéndome sentir más grande, casi infinita... explotando en cada una de las células de mi cuerpo... llenando toda la experiencia de un amor intenso e inefable...


Un pensamiento  llegó con una fuerza devastadora: ¡¡voy a pasar el resto de mi vida conmigo!!


Entendí que todo, absolutamente todo en mi vida puede ser pasajero, pero que esa sensación de reconocimiento de mí misma, iba a ser para siempre...  ese amor incondicional e infinito era una parte de mi propia esencia que no podía perder pasara lo que pasara...


Recordé el millón de veces que había pasado por esas mismas calles sintiéndome completamente perdida, destruída, con el vacío instalado en las tripas, buscando desesperadamente el amor en otras personas que de una u otra manera desaparecían dejándome un nido de angustia...


Todo eso ya pasó... ¡¡de verdad que pasó!!... seguro que el dolor volverá en algún momento, seguro que habré de afrontar pérdidas y desilusiones...  pero yo estaré aquí, para llenar de amor cada segundo, para confortarme y protegerme, para seguir adelante... para comprenderme y aceptarme cada vez que vuelva a tropezar...


Todo lo que siempre he anhelado está aquí, justo aquí... ¡¡y seguirá aquí siempre!!... al menos mientras viva... incluso intuyo que es posible que esa sensación supere la muerte porque en este momento no hay un sólo atisbo de miedo...


Una risa que procedía de un lugar profundo afloraba llenando mis ojos de lágrimas ...


¡¡Ostras!! Es 14 de febrero, ¡¡menudo regalo del amor de mi vida!!




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