Empecé a escribir este blog cuando David se marchó de repente.
Aunque llevaba años trabajando el tema del desapego en las relaciones y tenía ganas de escribir sobre ello, no lo hice hasta ese momento.
Quizás uno empieza a pensar en estas cosas cuando se da cuenta de que algo falla en los temas amorosos. Cuando de un día para otro pasas de ser una persona más o menos feliz y equilibrada a querer tirarte por la ventana para calmar el sufrimiento.
Me he enfrentado a muchas situaciones difíciles en mi vida sin ningún problema, sin perder mi centro. Pero ha sido sólo con cuestiones de relaciones cuando me "han vuelto del revés".
¿Por qué?
¿Qué tienen de diferente estas situaciones que nos despiertan tantas emociones extrañas?
Aún recuerdo la primera vez que sentí celos. Era como si tuviera un animal furioso amarrado a mis tripas que no me dajaba comer ni pensar ni estar tranquila... Me sorprendí mucho porque era una sensación totalmente ajena a mí, como si me hubiesen poseído. A ese dolor de estómago se le encadenaban imágenes que poco a poco hacían que el desasosiego aumentase...
Fue en ese momento cuando me dí cuenta de que algo iba mal. Que el Amor no podía generar ese tipo de demonios.
Y desde entonces, a través de lecturas, de experiencias, de sensaciones personales investigo el tema de las relaciones amorosas.
Este verano trabajaba en las representaciones de la obra de teatro "La venganza de Don Mendo", y pensaba que la humanidad lleva siglos sufriendo por este tema, que ya es hora de evolucionar en este aspecto como lo hemos hecho en muchos otros.
Creo que el opuesto del Amor no es el odio. El odio es lo contrario del apego que son emociones, o afecciones... El Amor es un estado del ser, es nuestra propia naturaleza. Es lo que queda cuando sacamos la basura...
lunes, 22 de septiembre de 2008
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