lunes, 22 de septiembre de 2008

Vaciando el dolor


Recuerdo la mañana en que David cerró mi puerta por última vez.

Se puso la mochila, agarró la correa de Yánek, me dió un último abrazo y cerró mirándome a los ojos.

En otro momento hubiese sentido que mi vida entera se iba con él y me habría entregado a la angustia.

Simplemente me concentré en mi respiración, localicé el dolor en mi estómago y traté de sentirlo con toda la inmensidad. La mente centrada en inhalar y exhalar, sin dejar paso a una sola imágen, a una sóla palabra del ego...

A los pocos minutos el dolor se convierte en una sensación física hueca, casi ajena... como una pequeña indigestión.

Volví a dormirme y ni siquiera tuve pesadillas.

Durante las siguientes semanas esa fue mi medicina. Si era el pensamiento sobre David lo que me causaba el dolor, sería la ausencia de pensamiento lo que lo aliviase.

Había que tener cuidado con el pensamiento. La energía del pensamiento es sutil, suave, fácil de parar, pero la energía de las emociones es más densa, más física...necesita tiempo para diluirse. El problema es que las emociones se alimenten de pensamientos y al revés, porque entonces se van cargando de una energía muy fuerte y resulta casi imposible parar la bola de nieve. Por eso una persona puede pasar años engachada a un dolor que ya no existe en la realidad.

Si me concentraba en mi cuerpo, en la respiración, en el momento presente (sonidos, colores, olores, sabores, sensaciones...) no sólo no sufría sino que al cabo de un rato se apoderaba de mi una paz inmensa... de repente la realidad se volvía más intensa, como si pudiera ver con mayor claridad.

Pero había momentos en los que las imágenes, las emociones, las frases hechas, los recuerdos de otras historias... se hacían un gazpacho insoportable....

Por eso intentaba estar muy atenta. Muy presente. Observando todo el tiempo el ir y venir de las emociones... Muy atenta a las imágenes...

El dolor está en los pensamientos, en la memoria... en el Ego.

¿A quién le duele?, ¿quién se siente herido?, ¿quién soy?...

7 comentarios:

Beba Newmann dijo...

Vaciando el dolor ._.
son tristes los finales, es asombroso que de tener un dolor por amor, lo transfieras como si fuera un dolor de estomago

amabas de verdad?

Fanny Jiménez Guerrero dijo...

Hola marilya creek, muchas gracias por tu visita y tu comentario!!.

Tenemos la tendencia a pensar que, cuanto mayor es nuestro sufrimiento, mayor es nuestro amor por esa persona y esa creencia nos alivia mucho en un momento en que nuestra estima está por los suelos. Al menos nos sentimos grandes amadores.

Pero, ¿la intensidad del mono de un drogadicto muestra la calidad de la droga que tomaba?, creo que sólo muestra el grado de dependencia a esa sustancia.

No es una novedad que las relaciones generan dependencia química, emocional y psicológica. Al cuerpo le cuesta sólo unos días olvidarse de la otra persona, las emociones tardan un poco más en deshacerse, pero el enganche psicológico es el más fuerte porque puede durar toda la vida.

Es a eso a lo que me refiero en este post. Si conseguimos darnos cuenta de eso podemos llegar al origen del sufrimiento y ponerle fin.

Creo que el amor de verdad está exento de dolor. Lo que nos hace sufrir son los apegos, las dependencias.

Mi proceso de dolor en la ruptura me sirve para conocerme mejor a mí misma y darme cuenta de cómo funcionan las emociones y cómo se conectan con los pensamientos. Cuando lo pruebas es realmente liberador. El proceso es más rápido y más positivo porque sales de él fuerte y segura de quién eres y, sobretodo, de qué no eres.

Quedarse encerrado en el sufrimiento sin aprender de él, puede ser también una buena excusa para no enfrentarse a otras cuestiones importantes de la vida, como por ejemplo, la soledad.

Recibe un fuerte abrazo

Unknown dijo...

Yo creo que lo que nos hace sufrir es la imposiblidad de no poder seguir viviendo nuestro amor porque la persona a la que amamos ya no esta con nosotros. Pero nuestro amor hacia esa persona no se ha terminado. Nuestro cuerpo desea continuar ahi. Pero ya no podemos.
Si fuesemos nosotros los que dejamos a alguien, no sufririamos, o sufriamos mucho menos.
El como contralar el dolor es algo que desconozco. Solo puedo alegrarme de que alguien lo consiga.
Mi recurso es bastante mas pobre que los tuyos.... aquel de que el tiempo lo cura todo, o casi todo.
Cuidate.

Fanny Jiménez Guerrero dijo...

El fin de una relación siempre es doloroso para las dos personas. La que toma la iniciativa de dejarlo, normalmente, sufre antes de tomar la decisión. Cuando ve que ya no se siente bien, pero sabe que una ruptura hará daño a la otra persona.

El que es dejado, sufre después y gran parte de ese sufrimiento consiste en no poder elegir. En sentir que deciden por tí. En que a tí te gustaría seguir con esa relación, pero no puede ser.

Por eso el trabajo consiste esencialmente en asumir y aceptar la realidad. Las cosas son como son, no como nos gustaría que fueran. Muchas veces no estamos enfadados con la persona que nos ha dejado, sino con la vida, porque no somos capaces de asumir que las cosas cambian y se acaban.

Personalmente no puedo dejar de amar a alguien a quien he amado. Y suelo implicarme bastante para mantener la amistad con mis ex, aunque sufra en el proceso. Lo único que diferencia a mis amigos de mis parejas es la forma de manifestar ese amor.

Pero el amor para mí, no tiene fin.

Gracias por tu comentario.
Un abrazo.

Unknown dijo...

gracias a ti Fanny por haber escrito alguna de las cosas mas bonitas que he podido leer sobre el amor.

saludos.

Sagicary©® dijo...

Que lindo Fanny, y que dificil es amar sin apego aveces uno cree ke lo hace pero en una relacion de pareja es dificil, y dificil vaciar el dolor cuando alguien se va de nuestro lado, ese sentimiento de posesion, quiza sin quererlo, de tener armado un castillo completo en torno a sueños, proyectos y etc con esa persona... me siento muy identificada, claro que no aprendo aun, pero estoy en proceso, a vaciar el dolor de esa manera, pero estoy en el proceso de ser amiga, aunque duela, creo ke uno siente ke en una relacion que se siente tan maravillosamente, tan casi perfecta, uno no quiere, por nada del mundo perder esa persona, que es unica como lo somos todos, pero que ademas tiene ese complemento y tantas cosas en comun que sentimos que nadie mas tiene, yo seria amiga de mi amor para toda la vida, pero solo el tiempo y Dios es quien lo sabe...
Estoy asistiendo a una universidad espiritual mundial, se llama brahma kumaris, enseñan la meditacion y es agradable ir, por otro lado estoy leyendo el libro Conversaciones con Dios, que me ha ayudado a resolver mil dudas, a intentar aprender que el amor no es sinonimo de apego y menos de dependencia, creo que seria maravilloso aprender eso y llevarlo a la practica, me encanto tu blog, un abrazo!!!

Fanny Jiménez Guerrero dijo...

Muchas graciassssss!!