domingo, 21 de septiembre de 2008

La segunda parte de Cenicienta


Todos los cuentos de hadas terminan cuando la princesita y el principito se casan. Se encuentran, se reconocen, superan algunas dificultades externas y se ponen a comer perdices tras la boda.

No cuentan qué sucede después, en la resaca de la luna de miel. Quizás no lo hacen porque entonces en lugar de un cuento de hadas, se convertiría en una historia de terror.

No hay cuentos que te enseñen a lidiar con una relación, que te ayuden a comprender y convivir. Y por eso nos hemos quedado con la idea de que lo importante es encontrar a la persona adecuada y una vez que la localicemos todo irá sobre ruedas.

Relacionarse no es cuestión de azar. Es cierto que con unas personas nos comprendemos mejor que con otras, pero toda relación requiere un trabajo personal. Primero con uno mismo y después con los demás. Los problemas no siempre se solucionan cambiando de pareja, porque algunos de ellos están en nosotros de modo que volveremos a repetirlos con la siguiente relación. Y así ad infinitum.

Creo que estos cuentos han hecho mucho daño a varias generaciones de mujeres ( y de hombres).

Tengo la sensación de que he crecido pensando que un día encontraría un hombre especial que me enseñaría lo que es el amor verdadero y lo que es peor: que ese hombre sería mi compañero hasta la muerte.

Afortunadamente mis experiencias me han ido enseñando que esto no es así. El amor está en mí y me corresponde a mí comprenderlo y gracias a eso puedo amar a otros seres. Todos las personas con las que he estado son especiales y me han mostrado cosas interesantes, pero aún hay un deseo interior de encontrar un compañero ideal con el que nunca se acabe. Aún hay una tendencia inconsciente que me lleva a pensar que esa búsqueda es lo más importante de mi vida.

Hay que romper este patrón porque sabemos que está equivocado y sólo genera sufrimiento.

Si Nietzsche proclamó la muerte de Dios, yo, hoy proclamo "La muerte de Cenicienta: ¡¡Cenicienta ha muerto!! Y la ha matado la Mujer!!.

Y si algún hombre piensa que está libre de esta manipulación que eche un vistazo a lo que leía o veía de niño. Porque mi hermano era fan de Star-Trek y todavía está esperando que venga una nave a llevárselo de vuelta a su planeta!!

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