lunes, 13 de octubre de 2008

Y los sueños, sueños son...

"El sueño es, en cierto sentido, porque tú lo sueñas. Y no es, en un sentido diferente, porque no se corresponde con la realidad. Sueñas por la noche que te has convertido en un rey y por la mañana descubres que sólo eres el mismo mendigo de siempre. El sueño era falso, pero era, así que tiene una cualidad verdadera en él, porque ha ocurrido. Y en los momentos en los que estaba ocurriendo tú creías absolutamente que era verdad, o de otra forma habría cesado inmediatamente.

Si te vuelves consciente de que «estoy soñando, esto no es real», el sueño se rompe, ya estás despierto. El sueño ocurrió durante unas horas; tiene una cualidad verdadera, que ha existido. Pero no es verdad porque por la mañana descubres que no fue. Fue sólo un pensamiento, una burbuja en el aire, una flor en el cielo; algo aparentemente verdadero pero que no lo era.

La verdad es, lo falso no es, y entre ambos hay un mundo de sueños que conlleva la cualidad de ambos. La mente es el origen del soñar, así que la mente es ilusoria. La mente es el origen de todo maya.

Puedes creer que si dejas el mundo y te vas a los Himalayas alcanzarás la verdad. Te equivocas, porque tu casa no es maya, tu mujer no es maya, tus hijos no son maya; no. Tu mente es maya. ¿Cómo vas a dejar aquí tu mente e irte a los Himalayas? La mente está dentro de ti. Si puedes dejarla, puedes dejarla en cualquier lugar. Si no puedes dejarla, no puedes dejarla aunque te vayas a los Himalayas.

A la mujer, a los hijos, a la casa, al mundo, se le llama maya, ilusión, en un sentido secundario; porque la mujer existe, ella tiene un ser. Ella es Brahma en sí misma, ella es la verdad; no como esposa sino como alma.

Tu mente la interpreta como esposa: «Ella es mi esposa». Entonces se crea un sueño. Ella está ahí, ¡absolutamente cierto! Tú estás aquí, ¡absolutamente cierto! Y entre ambos ocurre un sueño. Tú la llamas tu esposa, y ella te llama su marido. Ahora existe un sueño entre los dos, y los sueños siempre se convierten en pesadillas. Así que todas las relaciones al final se convierten en pesadillas, porque no puedes tolerar una ilusión durante mucho tiempo. La ilusión es algo temporal; y tarde o temprano tiene que desaparecer. No puede ser eterna, no puede ser permanente.

Amas a una mujer y se crea un sueño. Pero ¿cuánto puede durar un sueño? En el momento que se acaba la luna de miel, el sueño se ha acabado; aun antes. ¿Qué harás entonces? Entonces fingirás, porque ahora eres un esclavo de tus propias promesas.

Fingirás que todavía amas. Todavía seguirás fingiendo: «Qué hermosa eres»; seguirás fingiendo: «No existe nadie como tú».

Pero ahora todo será fingido. Y cuando finges, cuando el sueño se ha roto y todavía continúas con el sueño, el sueño se vuelve una carga, y muy pesada. Por eso vives con tanto sufrimiento.

El sufrimiento no es otra cosa que sueños rotos, arco iris rotos, ilusiones rotas, apariencias. Pero has invertido tanto en ellos que no puedes ver la verdad: que eran sueños desde el principio.

Y en vez de ver la verdad echarás la culpa al otro. Dirás: «Esta mujer me ha engañado. No era tan buena como aparentaba ser. Me ha engañado, no me mostró su verdadera realidad». Y no te darás cuenta de que esa no es en absoluto la cuestión. Tú fuiste quien creó un sueño en torno a ella, y debido a ese sueño no pudiste ver la realidad. Ella también estaba creando un sueño en torno a ti.

Así que siempre que dos personas se enamoran, no hay dos personas sino cuatro: el amante, el amado y, entre estos dos, el amado creado por la mente del amante y el amante creado por la mente del amado. Estos dos últimos son sueños, estos dos van cambiando.

Tarde o temprano, cuando el sueño se rompa, seréis dos no cuatro. Siempre que seáis dos habrá dificultades. Entonces te gustaría volcar la responsabilidad en el otro: «Es por el otro». Y de nuevo vuelves a no darte cuenta de la cuestión. Esto quiere decir que crearás el mismo sueño en torno a otra mujer, porque pensarás: «Esta mujer no me va a engañar, y además ahora soy más listo».

Pero la mente nunca es lista. La esencia de la mente es la estupidez, así que nunca puede ser lista. Puede ser astuta, astuta en su estupidez, pero nunca puede ser sabia. Esa no es su naturaleza, porque la sabiduría sólo llega cuando el soñar desaparece. Así, si soñar es la realidad básica de la mente, esta nunca puede ser sabia.

Un buda es sabio porque ya no tiene mente. Vive desde la no-mente: todos los sueños han cesado. Ve las cosas tal como son. Tú nunca ves las cosas tal como son; las mezclas con tus ilusiones y tienes miedo de mirar directamente porque sabes, inconscientemente, en algún lugar profundo de tu ser, que las cosas no son como tú las ves.

Pero crees que ver la realidad de las cosas será demasiado, demasiado duro; puede que no seas capaz de soportarlo. La mezclas con sueños para hacerla un poco más dulce. Piensas que es amarga, así que la cubres con una capa de azúcar. ¿Crees que si en sueños cubres a una persona con azúcar se volverá dulce? No, sólo te estarás engañando a ti mismo, a nadie más. De ahí tanta desdicha.

La infelicidad ha sido causada por tus sueños, y uno tiene que ser consciente de este fenómeno. No vuelques la responsabilidad en el otro, de ser así crearás otros sueños. Date cuenta de que quien proyecta eres tú, pero es difícil darse cuenta.

En una sala de cine, tú miras a la pantalla, nunca miras hacia atrás; pero el proyector está a tu espalda. La película en realidad no está en la pantalla; en la pantalla tan sólo hay una proyección de luces y sombras. La película está justo detrás de ti, pero nunca miras hacia allá, y allí es donde está el proyector.

Tu mente está detrás de todo esto, la mente es el proyector. Pero tú siempre miras al otro porque el otro es la pantalla. Cuando estás enamorado de alguien, esa persona te parece hermosa, no tiene comparación. Cuando odias, esa misma persona te parece horrible pero nunca te das cuenta de cómo la misma persona puede ser la más horrible y la más hermosa.

Cuando estás enamorado, la otra persona es una flor, una rosa, un jardín de rosas sin espinas. Cuando no te gusta, cuando la odias, las flores desaparecen, sólo quedan las espinas, ya no es un jardín (el más feo, el más sucio, algo que ni siquiera quieres mirar). Y nunca te das cuenta de lo que estás haciendo. ¿Cómo es que las rosas desaparecen tan deprisa, en sólo un minuto? Ni siquiera tarda un minuto. En este momento estás amando y al siguiente estás odiando; a la misma persona, a la misma pantalla, toda la película cambia.

Simplemente observa y serás capaz de ver que la otra persona no es la cuestión sino que tú estás proyectando algo. Cuando proyectas amor, la persona te parece estupenda; pero cuando proyectas odio, la persona te parece horrible. No se trata de la persona; en realidad no has visto a la verdadera persona. No puedes ver la realidad a través de los ojos de la mente."


Osho, "El libro de la Nada".

domingo, 12 de octubre de 2008

Si hay ego, no es posible el amor


El ego es la imágen que tenemos de nosotros mismos.
La máscara o el personaje que hemos ido construyendo a lo largo de nuestra vida.
Somos un género, un nombre, una profesión, un carácter basado en experiencias pasadas, unas ideas acerca del mundo... Creemos que eso es algo fijo, estable...

Pero no son más que pensamientos, memoria...
Si mañana quedases amnésico en un accidente, ¿quién serías?...

Tener ego no es malo, todos necesitamos una identidad para vivir en el mundo, necesitamos un personaje para salir a escena. Pero, ¿qué nos ha pasado?...
El actor se ha confundido con el personaje. Ha terminado la función, se han apagado los focos y el actor, convencido de que es Hamlet, regresa a su casa con una calavera en la mano; cuando su esposa le pregunta qué quiere para cenar, él responde: "
ser o no ser: he aquí el problema"...
pensaríamos que el pobre hombre se ha vuelto loco. Sin embargo, es así como nos comportamos todo el tiempo. Es una especie de locura colectiva.

El ego, ha pasado de ser una herramienta de supervivencia a tomar el mando de nuestras vidas...

El otro día quedé con alguien.
La primera vez que quedas con una persona es fácil identificar el ego. Como aún no la conoces la mente se encarga de crear una imagen en función de lo que va viendo.... y lo peor de todo, te mantiene presa todo el tiempo en tu propia imagen de tí misma...
De manera que no están interactuando dos personas... sino que cada una interactúa con sus imágenes mentales. La relación no es real... son sólo pensamientos... Bueno, para algunas personas son imagenes mentales , para otras es una eterna vocecilla que juzga todo el tiempo: "esto me gusta, esto no", "esto encaja, esto no"... pero seguimos estando en el plano mental.

De vez en cuando me hacía consciente, podía observarme comportándome de un modo estúpido, pero no era capaz de pararlo... el personaje me había poseído....

Tenía algunas sensaciones intuitivas con esa persona, pero como no encajaba en mis imágenes mentales la rechazaba todo el tiempo...

Afortunadamente después he podido conocerlo un poco más para comprobar que mi intuición no se equivocaba acerca de la sintonía que tenemos... pero mi mente, mi personaje, se equivocó todo el tiempo y casi me pierdo la oportunidad de conocer de verdad a una persona extraordinaria...
Cuando nos mantenemos en el ego no podemos reconocer a los seres que realmente se encuentran cercanos a nosotros independientemente de cómo vivan , a qué se dediquen o qué piensen... elegimos en función de cualidades externas y creo que por esa razón fallan tantas relaciones...

No puede haber conocimiento, entrega, aprendizaje, pasión.... Amor.... si las relaciones son entre imágenes...
Sólo puede existir cuando nos desindentificamos con el ego, cuando tenemos la mirada limpia para ver quien tenemos enfrente tal cual es...
cuando nos entregamos sin pasado, sin nombre, sin expectativas...
Para Amar sin ap-ego es imprescindible ser consciente del ego y no dejarse llevar por él.

viernes, 3 de octubre de 2008

Cómo ser un buda en 48 horas

Leí en alguna parte una frase de Buda muy curiosa.
Decía algo así como que si dedicásemos a la meditación la misma energía y tiempo que empleamos en las relaciones amorosas y el sexo, todos seríamos budas iluminados en pocos años...

Es para pensárselo.

jueves, 2 de octubre de 2008

La vida no está en otra parte


He pasado parte de mi vida como el hombre perro de la portada del libro de Kundera. No porque sea mu perra (que lo soy), sino por observar el mundo desde mi ventana pensando que la vida siempre está en otra parte.

No sé por qué todo el mundo da tanto valor a los sueños. Parece como si perseguir un ideal fuese la única batalla digna de ser librada y los buscadores de sueños los únicos héroes. Por eso siempre me he sentido valiente y fuerte, por eso no importaba sufrir o vivir precariamente: sabía que un día conseguiría aquello que anhelaba.

Al final es cierto que he conseguido realizar la mayoría de ellos
(menos el de ser famosa, je je , aunque ya entendí en otro libro de Kundera que lo que perseguía en el fondo era la Inmortalidad).

Sin embargo, cuando vives aquello que has soñado te das cuenta de que no tiene nigún sentido. Que lo que te hacía feliz era la imagen mental de la situación, no la situación en sí misma.
Y que en realidad has perdido muchos momentos de tu vida soñando y buscando algo que no tiene la mayor importancia.

Creo que en las relaciones tenemos la misma tendencia. Buscamos a un ser predeterminado en nuestra mente. Alguien con estas, estas y estas otras cualidades y mientras, escaneamos a todos las personas que vamos conociendo a ver si encajan o no. Si de repente.... bip, bip, bip.... suena la alarma del escáner, entonces nos abrimos a esa persona proyectando todas las cualidades que deseamos en ella.

Como las hormonas hacen su trabajo con el enamoramiento y el sexo sin dejarnos ver la realidad, sólo al cabo del tiempo nos damos cuenta de que esa persona no es lo que queríamos, nos decepcionamos y tenemos otro "desengaño amoroso".

Pero el problema no son las relaciones, ni los hombres, ni las mujeres...
el problema son nuestras imagenes mentales que por un lado, nos impiden conocer de verdad a las personas que tenemos cerca y por otro, nos hacen desear una realidad que no existe.

La vida no tiene por qué corresponderse con lo que pensamos sobre ella. ¿Qué culpa tendrá este infinito y perfecto universo de que no se satisfagan nuestros insignificantes caprichos?.

Creo que la vida real no es aquella que está en nuestra mente en el pasado o en el futuro, sino en ese instante eterno que es el presente.

De igual modo no existe la relación perfecta o la persona perfecta. No importa si estamos solos, si tenemos pareja... Lo esencial es liberarse de toda imagen mental que nos aleje de la realidad.

El sufrimiento está en anhelar que las cosas sean diferentes de como son.


martes, 23 de septiembre de 2008

Gracias,

Me han enseñado a asociar el Amor casi exclusivamente con la pareja, de modo que pensamos que, cuando encontremos al "amor de nuestra vida" tendremos una relación estable que no terminará nunca.

Si por cualquier razón la relación termina todo el mundo se apresura a decir: "Ah!! es que no era el tuyo" o "No estaba para tí", "Ya te llegará".

Pienso que el Amor Verdadero no es necesariamente ese compañero que está junto a tí a hasta la muerte (eso puede suceder o no), sino la persona o personas que quizás pasan temporalmente por tu vida, pero que te ayudan a comprender algo muy importante para tu crecimiento.

Gracias a ellos aprendes, mejoras, te conoces a tí misma y sobretodo, comprendes la verdadera naturaleza del Amor.

El otro día, mientras hablaba con David por teléfono sentí tanto amor a través del tono de su voz que no me importó que ya no volvamos a estar juntos. Me sentía tan unida a él por ese sutil lazo que la separación física se convirtió en un simple detalle sin importancia.

Y el tiempo... esa hora en que hablamos con plena consciencia de nosotros mismos valía más que 50 años de relación inconsciente.

Amaba y el sólo hecho de amar ya era suficiente. Amaba su ser y respetaba profundamente su decisión de querer marcharse a otra parte con otra persona... es su camino, es su elección, su vida...

Le agradecí el tiempo que pasamos juntos y sobretodo, le agradezco que me haya ayudado a comprender una lección básica para mi vida.

¿Puede existir un mayor regalo de Amor?

lunes, 22 de septiembre de 2008

Vaciando el dolor


Recuerdo la mañana en que David cerró mi puerta por última vez.

Se puso la mochila, agarró la correa de Yánek, me dió un último abrazo y cerró mirándome a los ojos.

En otro momento hubiese sentido que mi vida entera se iba con él y me habría entregado a la angustia.

Simplemente me concentré en mi respiración, localicé el dolor en mi estómago y traté de sentirlo con toda la inmensidad. La mente centrada en inhalar y exhalar, sin dejar paso a una sola imágen, a una sóla palabra del ego...

A los pocos minutos el dolor se convierte en una sensación física hueca, casi ajena... como una pequeña indigestión.

Volví a dormirme y ni siquiera tuve pesadillas.

Durante las siguientes semanas esa fue mi medicina. Si era el pensamiento sobre David lo que me causaba el dolor, sería la ausencia de pensamiento lo que lo aliviase.

Había que tener cuidado con el pensamiento. La energía del pensamiento es sutil, suave, fácil de parar, pero la energía de las emociones es más densa, más física...necesita tiempo para diluirse. El problema es que las emociones se alimenten de pensamientos y al revés, porque entonces se van cargando de una energía muy fuerte y resulta casi imposible parar la bola de nieve. Por eso una persona puede pasar años engachada a un dolor que ya no existe en la realidad.

Si me concentraba en mi cuerpo, en la respiración, en el momento presente (sonidos, colores, olores, sabores, sensaciones...) no sólo no sufría sino que al cabo de un rato se apoderaba de mi una paz inmensa... de repente la realidad se volvía más intensa, como si pudiera ver con mayor claridad.

Pero había momentos en los que las imágenes, las emociones, las frases hechas, los recuerdos de otras historias... se hacían un gazpacho insoportable....

Por eso intentaba estar muy atenta. Muy presente. Observando todo el tiempo el ir y venir de las emociones... Muy atenta a las imágenes...

El dolor está en los pensamientos, en la memoria... en el Ego.

¿A quién le duele?, ¿quién se siente herido?, ¿quién soy?...

La vida es relación

"La vida no puede existir sin relación , pero al basarla en el amor personal y posesivo la hemos convertido en algo angustioso y horrrible. ¿Puede uno amar y sin embargo, no poseer?.

Ustedes encontrarán la verdadera respuesta no en los escapes, los ideales y las creencias, sino mediante la comprensión de las causas que llevan a la dependencia y al afán posesivo.

Puesto que nuestra relación se basa en el amor posesivo, tenemos que darnos cuenta en nosotros mismos, cómo nace, cómo actúa y cúales son sus causas. Al percatarnos profundamente del proceso que implica el afán posesivo, con su violencia, sus temores, reacciones... adviene una comprensión que es total, completa.

Sólo mediante esta comprensión el pensamiento se libera de la dependencia y del deseo de poseer.

Es dentro de uno mismo que puede encontrarse la armonía en la relación, no en otro ni en el medio que nos rodea."

Sobre las relaciones. Jiddu Krishnamurti

Que he hecho yo para merecer esto

Empecé a escribir este blog cuando David se marchó de repente.

Aunque llevaba años trabajando el tema del desapego en las relaciones y tenía ganas de escribir sobre ello, no lo hice hasta ese momento.

Quizás uno empieza a pensar en estas cosas cuando se da cuenta de que algo falla en los temas amorosos. Cuando de un día para otro pasas de ser una persona más o menos feliz y equilibrada a querer tirarte por la ventana para calmar el sufrimiento.

Me he enfrentado a muchas situaciones difíciles en mi vida sin ningún problema, sin perder mi centro. Pero ha sido sólo con cuestiones de relaciones cuando me "han vuelto del revés".

¿Por qué?

¿Qué tienen de diferente estas situaciones que nos despiertan tantas emociones extrañas?

Aún recuerdo la primera vez que sentí celos. Era como si tuviera un animal furioso amarrado a mis tripas que no me dajaba comer ni pensar ni estar tranquila... Me sorprendí mucho porque era una sensación totalmente ajena a mí, como si me hubiesen poseído. A ese dolor de estómago se le encadenaban imágenes que poco a poco hacían que el desasosiego aumentase...

Fue en ese momento cuando me dí cuenta de que algo iba mal. Que el Amor no podía generar ese tipo de demonios.

Y desde entonces, a través de lecturas, de experiencias, de sensaciones personales investigo el tema de las relaciones amorosas.

Este verano trabajaba en las representaciones de la obra de teatro "La venganza de Don Mendo", y pensaba que la humanidad lleva siglos sufriendo por este tema, que ya es hora de evolucionar en este aspecto como lo hemos hecho en muchos otros.

Creo que el opuesto del Amor no es el odio. El odio es lo contrario del apego que son emociones, o afecciones... El Amor es un estado del ser, es nuestra propia naturaleza. Es lo que queda cuando sacamos la basura...

domingo, 21 de septiembre de 2008

La segunda parte de Cenicienta


Todos los cuentos de hadas terminan cuando la princesita y el principito se casan. Se encuentran, se reconocen, superan algunas dificultades externas y se ponen a comer perdices tras la boda.

No cuentan qué sucede después, en la resaca de la luna de miel. Quizás no lo hacen porque entonces en lugar de un cuento de hadas, se convertiría en una historia de terror.

No hay cuentos que te enseñen a lidiar con una relación, que te ayuden a comprender y convivir. Y por eso nos hemos quedado con la idea de que lo importante es encontrar a la persona adecuada y una vez que la localicemos todo irá sobre ruedas.

Relacionarse no es cuestión de azar. Es cierto que con unas personas nos comprendemos mejor que con otras, pero toda relación requiere un trabajo personal. Primero con uno mismo y después con los demás. Los problemas no siempre se solucionan cambiando de pareja, porque algunos de ellos están en nosotros de modo que volveremos a repetirlos con la siguiente relación. Y así ad infinitum.

Creo que estos cuentos han hecho mucho daño a varias generaciones de mujeres ( y de hombres).

Tengo la sensación de que he crecido pensando que un día encontraría un hombre especial que me enseñaría lo que es el amor verdadero y lo que es peor: que ese hombre sería mi compañero hasta la muerte.

Afortunadamente mis experiencias me han ido enseñando que esto no es así. El amor está en mí y me corresponde a mí comprenderlo y gracias a eso puedo amar a otros seres. Todos las personas con las que he estado son especiales y me han mostrado cosas interesantes, pero aún hay un deseo interior de encontrar un compañero ideal con el que nunca se acabe. Aún hay una tendencia inconsciente que me lleva a pensar que esa búsqueda es lo más importante de mi vida.

Hay que romper este patrón porque sabemos que está equivocado y sólo genera sufrimiento.

Si Nietzsche proclamó la muerte de Dios, yo, hoy proclamo "La muerte de Cenicienta: ¡¡Cenicienta ha muerto!! Y la ha matado la Mujer!!.

Y si algún hombre piensa que está libre de esta manipulación que eche un vistazo a lo que leía o veía de niño. Porque mi hermano era fan de Star-Trek y todavía está esperando que venga una nave a llevárselo de vuelta a su planeta!!

sábado, 20 de septiembre de 2008

Consciencia

"Las relaciones no están para hacernos felices, sino para hacernos CONSCIENTES".

El poder del Ahora. Eckhart Tolle

La pieza que faltaba en el rompecabezas


Hoy he hablado con David después de 3 meses sin saber nada de él. Desde que se marchó sólo habíamos hablado un par de veces y la última no fue muy afortunada.

Por muy preparada que me sintiera, después de una ruptura hay mucho veneno saliendo por los poros. De repente te das cuenta de la cantidad de basura mental y emocional que llevas dentro.
Las relaciones de pareja convencionales tienen algo de enfermizo que nos hacen sacar cosas que no sabíamos ni que teníamos. Y mucho más cuando te dejan de repente, sin esperarlo...

Durante estos 3 meses no podía comprender por qué no se ponía en contacto conmigo. ¿Acaso quería olvidarse de mí y centrarse en su nueva vida?, ¿estaba huyendo de sus sentimientos poco claros?, ¿cómo puede no echarme de menos?, ¿quizás nunca me quiso?....

Me he torturado día tras día con esos pensamientos a pesar de que en el fondo sabía que no podía ser tan simple. Que cada persona tiene su forma de tomarse las cosas y reaccionar y que el tiempo realmente ayuda a verse a uno mismo sin la tormenta de las emociones.

Hoy he hablado con él. Le he llamado yo porque quería poner fin a ese martilleo mental. Y ha sido la conversación más maravillosa y clarificadora que he tenido nunca...

Parecíamos más un maestro y un discípulo orientales que una ex-pareja (que nombre tan horroroso)...

Él, el maestro que por fin ofrece una explicación después de haber dejado al discípulo dar vueltas durante meses... y yo, encontrando delante de mis narices la pieza que faltaba para completarme a mí misma.

No tengo palabras para describirlo. Ha sido como una iluminación repentina. Una lección que jamás hubiese podido comprender si no hubiese pasado por todo este trance.

Después he caminado por el parque durante horas, extasiada. En silencio. De repente el ego se había quedado sin argumentos, mudo, anonadado... Y su ausencia me dejaba ver toda la paz que soy...

El Amor es mucho más inmenso de lo que nos obligamos a creer. Nos empeñamos en encerrarlo, en ponerle etiquetitas, en colocarlo en personas y otros objetos mientras sufrimos sin comprender su grandeza.

domingo, 8 de junio de 2008

el amor no es posesión

"El amor no es apego. El amor no produce pesar. En el amor no hay desesperación ni esperanza. El amor no puede hacerse respetable, convertirse en parte del esquema social. Cuando él no está presente, comienza el afán en todas sus formas.

Poseer y ser poseído se considera que es una forma de amar. Este instinto de poseer ‑a una persona o un trozo de algo que sea propiedad de uno‑ no proviene meramente de las exigen­cias de la sociedad o de las circunstancias, sino que brota de una fuente mucho más profunda. Procede de las profundidades de la soledad. Cada cual intenta llenar esta soledad de diferentes maneras, con la bebida, con la religión organizada, las creencias, alguna forma de actividad, etc. Son todos escapes, pero eso aún sigue ahí.

Controlar a otro, moldear a otro en el nombre del amor son expresiones del instinto de posesión, así como el impulso de encontrar en otro seguridad, protección y bienestar. El olvidarse de uno mismo por medio de otro o de alguna actividad, contribuye al apego. De este apego provienen el dolor y la desesperación, y de ello surge la reac­ción para el desapego. Y en esta contradicción entre apego y desapego se originan el conflicto y la frustración.

No hay escape de la soledad; ella es un hecho y el escapar de los hechos engendra confusión y dolor.

Pero no poseer nada es un estado extraordinario, no poseer siquiera una idea, saber dejar en paz a una persona o una cosa. Cuando la idea, el pensamiento echa raíces, eso ya se convierte en posesión y entonces comienza la guerra para verse libre. Y esta libertad no es libertad en absoluto; sólo es una reacción. Las reacciones arraigan, y nuestra vida es el terreno en que las raíces se han desarrollado. Cortar todas las raíces, una por una, es un absurdo psicológico. Eso no puede hacerse. Sólo debe ser visto el hecho ‑la soledad‑, y entonces todas las otras cosas se desvanecen."
Diario. Jiddu Krishnamurti.

jueves, 5 de junio de 2008

es tan rico el placer que tiene sed de dolor

El placer es más profundo que el sufrimiento.

El dolor dice: ¡pasa!.

Mas todo placer quiere eternidad.

¡Quiere profunda, profunda eternidad!.

Friedrich Nietzsche "Así habló Zaratustra"


martes, 27 de mayo de 2008

la relación de pareja siempre me ha dado que pensar

Siempre me he preguntado por qué las relaciones de pareja son tan peculiares y generan tanto sufrimiento. Creo que cualquier persona es capaz de tener relaciones saludables con un buen número de amigos, sin embargo, casi todos nos encontramos con "problemas de pareja". ¿Qué es lo que la hace tan distinta?, ¿por qué ahora soy capaz de mantener una relación amistosa increíble con casi todos mis ex amantes y cuando estaba con ellos, algo no funcionaba?...

Una cosa que hace distinta a una "pareja" de un amigo es el sexo, pero esa no es la raíz del conflicto, porque he podido tener relaciones sexuales de vez en cuando con amigos y no hemos tenido ningún problema. ¿Dónde está pues la clave del asunto?...

Creo que hay dos aspectos a tener en cuenta: la exclusividad y el deseo de eternidad (las expectativas).

Tener un amigo no te impide tener otros amigos. Con cada persona compartimos algo distinto y especial. Con cada uno de ellos haces y dices cosas diferentes, todos te llenan , todos son prescindibles e imprescindibles a la vez. Pero jamás te planteas que quieres más a unos que a otros. Jamás piensas que unos ocupan los lugares de otros. Nunca los comparas. Cada ser es único.

Sin embargo, el papel de pareja es exclusivo. Nadie más puede ocupar esa posición, por tanto, si de repente estás con alguien y (como es sano y natural) te gustan otras personas, enseguida aparece un conflicto interior. ¿Quiero a este o al otro?, ¿con cuál me quedo?... como si estuviéramos comprando unos zapatos... normalmente nos apetecen más los zapatos nuevos porque, joder, son nuevos y mira qué bonitos son... pero claro, estoy tan agusto con mis zapatos de siempre, que son muy cómodos porque se han adaptado a mis pies y ya no me hacen daño...

El símil juega en contra de la exclusividad... no tenemos un único par de zapatos... unos pa ir al campo, otros pa trabajar , otros pa salir...



El otro punto a tener en cuenta es el libre flujo de las expectativas en las que entra el extraño deseo de que todo sea "igual" y "para siempre".

Con los amigos no das nada por sentado, eres consciente de que tienen su propia vida y si te llaman a última hora para cancelar una cita no te enfadas. No te deben nada, no tienen que hacer nada obligatoriamente, sin embargo... si alguien juega el rol de "pareja" de repente tiene un montón de obligaciones contigo. Le exiges ciertos comportamientos. ¿Por qué?

En la amistad no existen paranoyas de que "lo nuestro sea para siempre"... vives el momento. Normalmente aceptando que cuando hay una comprensión profunda eso no se va a terminar nunca, independientemente de que nuestras circunstancias cambien y no podamos vernos... nunca he dejado de amar a un amigo aunque haya perdido el contacto con él y si nos reencontarmos en el tiempo, ¡¡¡tendremos tantas cosas que contarnos!!!. La pareja se basa en "la idea" de que tiene que prolongarse lo máximo posible aunque a veces sea una putada porque tu vives en una ciudad y yo en otra, o realmente nuestras circunstancias nos lo ponen muy difícil...

No sé... siempre he pensado que la "relación amistosa" es la más saludable y si la "relación de pareja" no quiere caer enferma, debe parecerse a ella lo máximo posible.

¿ el fin o sólo el principio?




"Reconoce esta infinita variedad de apariciones como un sueño, como nada más que las proyecciones de tu mente, ilusorias e irreales. Sin aferrarte a nada reposa en la sabiduría de tu Rigpa, que trasciende todos los conceptos: este es el corazón de la práctica para el bardo de esta vida".

Libro tibetano de la Vida y la Muerte" Sogyal Rimpoché


Sin aferrarte a nada, sin aferrarte a nada, sin aferrarte a nada...
Es la frase que repito todo el tiempo en mi cabeza mientras observo como el dolor se pasea por mi cuerpo.
Lo observo, intentando no alimentarlo con pensamientos.
Sólo observo y entonces el sufrimiento se convierte sólo en una sensación hueca que termina desapareciendo...